Aumentar la cobertura es una política obvia para un nivel que aún no ofrece universalidad y gratuidad para todos los niños y niñas (50,3 % atendido, Casen 2015). Esta medida demanda recursos financieros y diseño adecuado e implica tensiones fuertes para las instituciones a cargo de ello, ya que no es fácil implementarla. Revísense los aumentos de los últimos 10 años, y se verá que fue menor que lo ofrecido. Pero es una medida necesaria y muy atractiva políticamente.
La política de calidad es en todo caso la más complicada porque es multifactorial, requiere tiempo, mucho saber, y es difícil de implementar, a la vez que es poco visible para efectos políticos.
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Fuente: Comunicaciones CIAE